LA INTERVENCIÓN CON ALUMNOS TEA EN CENTRO EDUCATIVO CM
En primer lugar y lo más importante para una buena intervención de alumnos con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es la motivación del niño. No hay que olvidar que un niño debe encontrarse a gusto con su terapeuta y debe prestarle la mayor atención posible para que el tratamiento sea efectivo.
En Centro educativo CM desde que nos ponemos delante de un niño con autismo debemos intentar crear un vínculo con él. Tenemos que ganárnoslo de alguna manera, de tal modo que nos convirtamos en algo interesante, que merezca la pena mirar y prestar atención. A partir de aquí nos va a ser más fácil trabajar con él, darle órdenes o pedirle que haga cosas cotidianas que no le terminan de agradar. La mayoría de las terapias van orientadas a desarrollar este vínculo social, pero también es necesario que se lleve a cabo este trabajo fuera de la terapia, en la familia, amigos o personas que le rodean en su entorno.
Lo que debemos hacer es buscar herramientas o estrategias para hacernos interesantes a sus ojos. Gestos exagerados con la cara o llamarle la atención haciendo sonidos con la boca por ejemplo; esto también dependerá del nivel de cada niño, y una vez que consigamos su atención, tenemos que intentar compartir ratos agradables con él. El niño nos tiene que asociar con algo agradable y divertido, de tal modo que la relación con nosotros le despierte interés y curiosidad. Generalmente si solemos hacerle cosquillas cuando le vemos, el niño se tumbará en posición de cosquillas cuando nos vea entrar por la puerta o nos pondrá la cara para que le hagamos una pedorreta. De esta manera ya se ha producido un condicionamiento: nos asocia con algo positivo. Asocia nuestra persona con algo tan agradable y placentero como las cosquillas, para trabajar algo que realmente no le motiva en absoluto (como tener que permanecer sentado en la mesa fijando la atención en la actividad un determinado tiempo), podemos utilizar el juego como recompensa de haber trabajado bien: “primero trabajamos un rato y después jugamos”. De esta forma vamos modulando su conducta y hacemos que el niño confíe en nosotros.
El objetivo primordial de la intervención con estos alumnos se centra en el desarrollo de habilidades. Ellos necesitan, más que otros, ayuda para construir las habilidades necesarias para su progreso. La intervención ha de dirigirse a todas las áreas deficitarias, como la comunicación, las habilidades sociales comportamiento adecuado del alumno, procurando siempre:
- Proporcionar instrucciones individuales y específicas adecuadas al contexto
- Proporcionar actividades rutinarias y estructuradas
- Proporcionar una planificación representada visualmente
- Acompañar la instrucción con señales visuales
- Enseñar a hacer elecciones
- Ofrecer una motivación apropiada para fomentar el aprendizaje
- Enseñar técnicas de autocontrol para reducir la ansiedad
- Cambiar comportamientos mediante estrategias de modificación de conducta.
- Tratar simultáneamente el comportamiento y la comunicación
- Enseñar habilidades de comunicación como habilidades funcionales de interacción social
- Tener en cuenta los síntomas de los posibles trastornos neurológicos que pueden acompañar al “T.E.A.”
- Implicar en la medida de lo posible a la persona con “T.E.A.” en el plan de adquisición de habilidades.